El no tener ni puta idea y la muerte
Una ex trabajadora de la empresa ha decidido hoy mandar un surtido de snacks chinos para el regocijo de todos los de la oficina. Subí a Instagram (si no me seguís, pues creo que es el momento de que lo hagáis) la foto de rigor para que vierais la apariencia de algunas comidas raras y para contaros que he probado sabores que vosotros no creerías (y he visto naves de ataque en llamas más allá de Orión..).
Algunos aperitivos eran agradables, otros rancios, alguno parecido a algo de occidente, pero la mayoría cosas extrañas y nuevas para mi paladar. Para mi paladar y para el de mi compañero Xavi, compañero y amigo que casi cae conmigo en el campo de batalla, porque recordad, en el título he puesto la palabra muerte, por algo será. Hago esta introducción porque luego todo tomará sentido.
El caso es que además de estas bolitas del diablo que subí a Instagram, había otros snacks, y aquí entran en escena una especie de churros asiáticos un poco raros que no saben del todo mal.
Son las siete de la tarde, hay hambre, salimos por la puerta camino de casa. Por casualidad nos encontramos con los aperitivos chinos. Nosotros que somos curiosos en lo culinario, decidimos que es hora de merendar algo de esa mesita.
Vemos los churros esos y a mí me da por coger una bolsita que hay dentro de un paquetín. Era como de esas bolsitas que meten en los envases de comida china para microondas a 0’90 €, un pot de plástico/cartón que trae noodles y sobrecitos de diferentes cosas… Todo muy chino. Un sobre sin más.
Abrimos la bolsa que tenía apariencia de pimienta negra y comenzamos a probar varias veces para sacar el toque de sabor, para saber si nos gusta o lo odiamos…
– Sabe como a carbón
– Sí, es raro pero no está mal
– Igual nos lo teníamos que haber comido con un churro
Esta fue nuestra conversación un rato, mientras Xavi y yo íbamos metiendo el dedo y chupando de esa pimienta que no picaba pero sabía a carbón. Al final, después de merendar como el que se come las migas del final de una bolsa de gusanitos, me vino un flash.
¿Y si nos estamos comiendo la bolsita que ponen para absorber la humedad?
Se lo digo a Xavi y entramos en pánico, escupimos en las papeleras, miramos el paquete por todos lados, obviamente TODO EN CHINO y empezamos a hacer conjeturas.
– No puede ser, venía dentro del mini paquete de los churritos, venía con ellos
– No, no, no puede ser porque estas cosas no las meten en alimentación
– Nos tranquilizamos-
– Pero es que sabía como a carbón
– Pues no estaba tan malo…
– No sé yo, es que la foto de los churros no viene con pimienta por encima…
Ya estábamos panicando un poco, cuando Xavi nos sacó de dudas a los dos. En el sobrecito, ponía «don’t eat», justo al lado del «do not microwave» que sí habíamos visto, y que nos generó confianza pensando que era un producto totalmente comestible.
A nuestro favor diré que la bolsita venía dentro del paquete del snack, eso no es común. En nuestra contra diré que ponía «don’t eat» pero a nuestro favor diré que estaba escrito muy chiquitito.
En ese preciso instante nos entró un ataque de risa mundial, el típico ataque que te da antes de saber que vas a morir. No podíamos beber agua para ayudar al cuerpo a expulsar toxinas porque la escupíamos a carcajadas. Creo que hacía mucho que no lloraba tanto de risa seguida. Encogidos al lado de la fuente presos de la risa nerviosa y con conocimiento de LA GILIPOLLEZ que acabábamos de hacer, todo una estampa.
En serio, los dos parados con el abrigo puesto comiendo a saber qué mierdas químicas y dándonoslas de Master Chefs, comentando qué nos parecía esa pimienta extraña… Es agradable en boca, es sabrosa pero se disipa rápido, en serio…. Ojalá pudieran vernos los chinos haciendo el monguer a este nivel.
Como desenlace tengo que decir que me duele la barriga un poco, pero creo que me estoy sugestionando. De todas maneras, si muero, os dejo en herencia la caja de churritos asiáticos.
Nota: la bolsa de polvitos no se come.
Yo tampoco había visto esas bolsas antihumedad en comida hasta el otro día que me la encontré en un falso fondo de un bote de cacahuetes con wasabi. Estaba más escondida pero habrá que tener cuidado con la comida asiática 😛
Jajaja, menos mal que no soy la única!!! Nos ponen trampas los chinos :___(