An[i]écdota #1
Hace algún tiempo yo tenía 19 años y mi hermano unos dulces 6, tan inocentes y manipulables como a mi me gustaba. Nunca fui una hermana mayor mala, pero sí un tanto simpática para lo que tiene que ver con la vergüenza.
Era julio y estábamos de vacaciones con la familia en Fuengirola. Mi pequeño Rodri, muy pesado en un desayuno en el hotel, me escoge a mí entre todos para que sea la persona que le acompañe a decirle al camarero lo que quiere porque no le hacen caso. (tan pequeño él…)
Yo que estaba con mi banquete propio y no me apetecía nada acompañarle, le dije con voz de hermana mayor que todo lo sabe:
» Rodrez, se lo dices mal, la gente cuando quiere algo dice que lo necesita, pero si lo quieres mucho, mucho, mucho, se dice que lo Cenesitas«
Por supuesto me reí un rato con mis primos desde el cariño escuchando a ese canijo de voz aguda decir que cenesitaba un poco de leche.
A esto sólo se puede añadir una cosa más, se me olvidó decirle que era mentira… después de meses le escuché decir de nuevo cenesitar, por supuesto, tampoco le dije en ese momento que era mentira, la risa no me dejaba hablar.
El tio Rodri siempre ha sido mi muñeco de experimentos jiji, pero al muñeco que más quiero del mundo.
Ains, me vino a la mente esta anécdota y tenía que escribirla, no quiero que se me olvide nunca ^^)
Aaaaaaaaaaaaaaaaaaainsssssssssssss!!