El fin del mundo, ese gran desconocido
Pues resulta que hoy se acaba el fin del mundo y yo todavía no me he gastado la extra. Esa es mi mayor tragedia. DÍA MIERDER TOTAL.
Me he levantado y me he puesto bien guapa, ropa interior conjuntada y pelo en un moño alto, no puedo pasar a la otra vida sin mi calabaza, además, es mejor porque liso se me encresparía con los truenos y los rayos del apocalipsis. Maquillaje, una base clarita, colorete y rimmel waterproof y fireproof. Una para morir tragada por una explosión de la tierra en el espacio sideral, tiene que ponerse mona.
¿Me llevo abrigo? ¿Y si luego con los fuegos hace mucho calor? Bueno, pues dejo el abrigo en la oficina y me voy a pelear. ¿Móvil cargado, dinero, … ? Tonta yo pensando esto, todo el mundo sabe que un apocalipsis cualquiera puede coger lo que le de la gana.
Por supuesto llevo tacón, sé que es peor para el tema de correr a esconderse cuando vengan los fuegos del infierno maya, pero ¿cómo no me pongo tacón hoy?
También me he despedido de mi novio al más puro estilo Hollywood:
– Si se acaba el fin del mundo mientras estoy trabajando, recuerda que eres el amor de mi vida -Beso pasional en los morros, he cogido aire para mirarle a los ojos y he vuelto a besarle, esta vez más despacio.
Él seguía un poco empanado por el sueño, pero me ha correspondido con un -Te quiero, nena. Siempre te querré – Mientras acariciaba mi cara. También es peliculero. Compartir chorradas es de las cosas más bonitas de una relación.
Total que con todo el lío del fin del mundo me he ido a trabajar, ¿Para qué? YO QUÉ SÉ. Héctor se ha quedado en casa, está tranquilo porque esta semana ha estado mirando armerías y sitios de provisiones por si acaso el fin del mundo viene en forma de apocalipsis zombie. Creo que él lo desea con toda su alma, vivir un The Walking Dead es su deseo más grande.
Toda la gente de la ofician ha venido, debe ser la inercia de todos los días. Y nada, mucha coña, muchas proposiciones de sexo salvaje en el servicio pa-por-si y tal, pero aquí estamos trabajando como un día normal, ¿Y si de verdad se acaba el mundo y nos pilla trabajando?
NI QUE FUÉRAMOS CHINOS POR DIOS.
Pues voto por que el pincho de media mañana sea un poco más largo, no sé.
Tengo una duda seria ¿Alguien sabe cuándo va a pasar la película de nuestra vida por delante de los ojos? A primera hora de la mañana no, por favor, que estoy tan empanada a esas horas que puede que ni siquiera la entienda.
No me mandéis whatsapp, que me desconcentráis. Si vamos a morir todos, pues dejémonos de formalismos tipo: «a ver si nos vemos donde quiera que vayamos», «Espero que hayas sido muy feliz en esta vida» y esas mierdas. No hace falta.
Yo solo pido que si se acaba el mundo no sea la loser que murió encima de un teclado, que por lo menos me pille defendiéndome o quejándome del calor del momento (y no por Twitter). O follando, bebiendo o bailando, aunque es lo que vais a hacer todos y es mainstream total, pero bueno, quién está hoy para hacerse la moderna o la estrecha.
Bueno, a mí me ha dado tiempo a escribir esto, a ti a leerlo, así que de momento no ha pasado nada. Seguiremos esperando. Yo confío en Bruce Willis.