Ella cumplía 29 años sin querer
Pero no sin querer de que no quisiera cumplirlos. Sin querer de haber llegado allí poco a poco, sin darse cuenta. Creciendo Feliz.
– 29 años ya, a un paso de 30, la crisis del cambio de número…
Lo siento pero sé que estoy muy por encima de eso, me gustan demasiado los cumpleaños como para amargarme el mío. Me parece absurdo amargárselo una misma solo porque llevas viviendo 30 años enteros, algo que algunos no consiguen desgraciadamente.
Mi último año en el número 2 pienso disfrutarlo a tope. Un número que empecé un poco desorientada, pero que poco a poco fue tomando forma, y no precisamente de patito.
Acabaré esta etapa del veinte con la réflex debajo del brazo gracias al curso de fotografía que me ha regalado mi señor esposo; has dado muchísimo en el clavo y pienso hacer mil fotos preciosas para los dos. Unos 29 con planes de seguir estudiando, algo que nunca quise dejar de hacer, planes de viajes de desfase, quedadas, comidas, brunch y partidos de pádel.
También es el año de ser más yo todavía, de explotar mi vena creativa, de vencer mi miedo al diseño gráfico y al montaje digital. Me conozco bien y sé se me da bien, no quiero que sea más mi asignatura pendiente. También es el año de no bailar el agua a nadie, solo bailaré el agua si es de Valencia. Pretendo dejarme de momentos «quedabien» que no me apetezcan. Me centraré en tener una personalidad propia, a poder ser con copyright.
En este 24 de febrero, he sido de las personas más afortunadas. Bartola, me regaló una anécdota con una silla y unos rayos de sol, mi prima un beso de 4 años y en casa, tenía un cabrito guisado como hacía mi abuela que compartí entre 7. Mis tías, que saben mi pasión por todo lo handmade, hicieron dulces y jabones especialmente para mí. También me han regalado unas sopas de ajo a medias, un pincho especial en un bar, cosquillas en la espalda, una llamada a las 12 justas desde la imprenta de tres locas, mensajes por diferentes medios, tweets, hasta uno de una famosa. Me regalaron te quieros, tirones de orejas, risas bailando por el pasillo de casa con el flow de los calcetines que resbalan, un post entero en el blog de una rubia, sol en mi cumpleaños, un domingo astromántico con un frío que pelaba y el último cacho de una tosta de jamón. La sierra estaba blanca, complétamente nevada, y las vistas desde mi casa son un regalo. También tuve el esfuerzo de 8 kilómetros corriendo, fotos de mis primos dedicadas, una hora más de sueño por la mañana, un día de desconexión total, reencuentros con amigas del colegio y una tarta de chocolate casera.
Me regalaron algunas cosas compradas y otras que nadie puede comprar, que son las que me hacen escribir esto.
Muchísimas gracias a todos. Sois la purita salud <3
No te pude felicitar por Twitter así que aunque un poco tarde …. Muchas felicidades!!! 🙂
Muchas gracias cosa guapa!!! 😀