La regla de querer tantas cosas y no querer ninguna.
Hoy quiero un chico como los de Hollywood, que traen comida china en paquetes de cartón. Y comerla con palillos sin saber hacer yo nada de eso.
Que además de postre haya traído helado de chessecake, comerlo a cucharadas vestida con una sudadera de baloncesto ancha. Hacerme un enredo en lo alto de la cabeza con el pelo y sentirme la más guapa y la más fea del salón.
Estoy en esos días del mes en los que no sabes lo que quieres, una semana de momentos caprichosos y lloricas, menos mal que este mes sí que le veo guapo, mis hormonas a veces me traicionan y hacen que vea su cara distorsionada, lo bueno es que lo hablamos, nos reímos de esa distorsión surrealista y esperamos a que se me pase. Este mes, gracias a Dios, le veo tan guapo como siempre.
Ahora ya no quiero cenar nada de eso, quiero pizza y chocolate, algo grasiento pero que no engorde. Y patatas fritas con ketchup y mayonesa. Comprarme unos zapatos turquesas de tacón. Una ginebra fresquita con frutas cortadas y mojitos. No quiero trabajar mañana, quiero que sea viernes y quedarme viendo series hasta las tantas.
Mmmm, tostadas con colacao a la hora de la cena, ese placer de cenar un desayuno que no todos saben apreciar. Me comería mil tostadas con mermelada de naranja amarga.. Que me abraces, que me sueltes, que me agobies y que vuelvas a abrazarme. Necesitarte y no querer que me toques, pero a la vez que me toques con todo y más.
Suena el horno desde la cocina, mi chico de no Hollywood se ha levantado a preparar la cena, yo ensimismada con mis pensamientos de dulce menstruante y el sonido del teclado no me he enterado. Publico esto sin revisar, sin volver a leer. Todo lo que puse es lo que sentía, por supuesto, ahora todo eso cambió y no sé ni de qué tengo ganas. Voy a ayudar a mi esposo.
Hoy soy una mujer de espíritu caprichoso e indeciso que menstrua amor.