Matt Groening y el surrealismo desesperante
Ya sé que por el título del post parece que vengo aquí con una tesis psicológica de cómo han afectado los personajes de Matt Groening a la sociedad actual, pero no, casi, pero no.
Vengo a hablar de mis dos momentos más desesperantes de la televisión que he vivido en manos de los personajes creados por este dibujante. Para los que todavía no le situéis (delito tendríais) y antes de que salgáis a mirar en Wikipedia, Matt Groening es el creador de Los Simpson y Futurama.
Como he dicho, tengo DOS momentos clavados en mi mente en los que entraría a lo Poltergeist por la televisión para repartir puñetazos y patadas a todos. Momentos en los que el personaje se vuelve de un borderline de tontuna que supera mi límite, algo parecido al sentimiento que te viene cuando tu madre está echando la bronca a tu hermano pequeño y este, sumido en su adolescencia atrevida, suelta esas risas tontas que te sorprenden a la par que te hierve la sangre y que no sacas la espada de los collejones por respeto a la situación.
Volvamos al focus, que todavía llamo a mi hermano y cobra, que me he venido muy arriba… Mis dos momentos más psicológicamente desesperantes y llenos de ira:
Los simpson
Mi primera reacción de ira se produce en el capítulo: La casa-árbol del terror V. En este capítulo es en el que Homer crea una máquina del tiempo intentando arreglar una tostadora y va viajando a universos diferentes y cambiando el futuro.
En uno de los universos visita su MANSIÓN, donde le esperan para desayunar Marge y sus dos PERFECTOS HIJOS. Es el jodido mejor universo de la historia, pero… Homer pide una rosquilla y Marge no sabe a qué se refiere… Entonces se enajena, enciende la tostadora y se va de ese perfecto e increíble universo.
En ese momento, comienza a llover, a llover ROSQUILLAS!!! Maldito Hoooomerrr! es que juro que le había dado un puñetazo de esos de ¡¡Reaccióna coño, que ya eres mayorcito!! Encima que hasta Patty y Selma estaban muertaas en ese universo… Tonnnnto, qué eres tooonnnnto.
Futurama
Aquí la desesperación me viene por parte de Bender, el capítulo al que hago referencia es el tercero de la primera temporada: «Yo compañero de piso».
Resulta que Fry se queda sin piso y decide irse a vivir con Bender a un apartamento de robots… Bien, pues se tira UNA MALDITA SEMANA durmiendo en un espacio de un 1.5m x 1.5m hasta que el listarraco de Bender tiene a bien informar de que en el armario hay una ventana… Y UN MALDITO APARTAMENTO que ya lo quisiera la SJParker para ella…
Si es que me dan ganas de agarrar esa armadura metálica, zarandearle fuerte y gritarle a la cara «es que no se puede ser maaaaaás tonnnnto en esta vida futurista!!!!»
Aun así, pese a estos momentos desesperantes, los cuales adoro aunque me enfurezcan, me considero muyyy fannns (fan no, fannnsss) de Groening, sus personajes y sus series por igual. Larga vida a los Simpson a la hora de comer.