Mis otros YOs

Aquí estoy, sin esquizofrenia paranoide ni desdoblamiento de personalidad, me presento como la extraña que no se puede definir de manera sencilla, que no es una sola y que no podría ser una sola aunque lo intentara mucho.

 A veces me estiro, es decir, crezco, pierdo culo, me crece el pelo, lo tiño, castaño oscuro y me dan miedo los perros. Me calzo botas altas contra el frío y el azul oscuro me parece mucho mejor que el beige. Mucho más cómoda con look casual, aunque ultimamente me estoy haciendo amante de los complementos que me dan ese toque chic de mujer de negocios sexy. Cambio 3 gatos irlandeses con poco uso por unas converse rosas. «Yo no estoy en redes sociales» me tatué en un brazo de la misma manera que hombres se tatúan en la legión, ahora estoy buscando cirujano laser. Tengo mano dura, me gustan las cosas bien hechas y por un momento aparento ser la niña buena que nunca fuí, porque aunque ustedes no lo crean, yo cuando soy así me recuerdo armando en clase y sacando nueves.

Otras veces me da por encoger un poco, tampoco necesito ser muy alta. Me enamoro de unas sandalias de tacón antes que del amor de mi vida. Me veo mejor en color azul, no es complejo de pitufo, es sólo que me gusta como me queda ese color en las fotos. Tengo un lunar, y por mucho que me alise el pelo siempre se me acaba ondulando un poquito, me da igual, me da un toque sexy. Y abro los ojos más de lo que me pudieran imitar cada vez que me sorprendo, creo que es un acto reflejo que se me quedó de una vez  que salí en un tebeo antiguo con mi hermana. Puedo reírme porque estoy llorando si tengo la regla. Puedo imitar a Pete Doherty y bailar Alejandro Sanz al mismo tiempo y disfruto las peleas delante del armario. Vestido morado contra alianza rojo/negro ((Lo bien que me queda eso siempre)). Pero bueno, en realidad a mí me queda todo bien, una vez salí de fiesta con una cota de malla y hasta ligué con un caballero.

Y si me da pues vuelvo a crecer, que para eso soy yo quien mando en mí, y me pongo unas super piernas y ¿por qué no pedir más? Pido parecerme a una actriz famosa de Hollywood, ¡y lo consigo!. Soy una mujer de negocios de esas que de vez en cuando salen a comprar vestidos sofisticados para su día a día. Y bailo David Guetta con sonrisa de oreja a oreja sin bajarme de unos tacones de infarto, ¿no me puse unas piernazas? ¡Pues las luzco!. Soy un Vogue andante, la evolución a la que no han llegado muchas chicas Super Pop. ¡La carrera! 8 de la mañana, zumo, resaca. Me levanto,  ¡La carrera!. Y si me quedan ganas después de gritar e insultar al televisor, pues ya te preparo yo una auditoría, te doy un cursito medioambiental o te cocino unos macarrones. A su elección lo dejo, que una vale para todo.

Aunque para qué engañarnos, tengo mi faceta más loca. Terremoto de Red Bull sin Red Bull. Un trabajo y otro trabajo, y ¡en casa me voy a quedar yo!. Soy doble dosis de energía. Y me voy de compras porque yo lo valgo y vengo a casa con lentejuelas por bandera. Que se entere el mundo quién manda y si está bueno… Y hablo y hago amigos y sorprendo porque ir conmigo es un pase VIP. Impulsiva y gran aficionada a escribir mensajes en la noche etílica, en español o en inglés… Porque ahora, que no lo he dicho, yo hablo inglés. Y vente a mi casa que preparo la cena, saco tiempo de donde sea, y aun así me queda rica. Si cumplieras años hoy te haría una tarta, chocolate y natillas, tan orgásmica como el placer que siento al meterme en la cama después de apagar el sol con la persiana de la habitación.

Y es que así soy yo, un poquito de todos mis YOs.

Y no me puedo definir de otra manera.