No name
Por esas calles sin nombre que nunca lo necesitaron, las que cada noche bautizábamos. Ellas siguen estando sin cartel y nosotros seguimos coleccionando momentos. Todas esas perillas, bigotes y barbas que nos acompañaron. Bufandas, moños y calcetines que pusieron nota de color al paisaje de esas noches… en blanco y negro y rosita y naranja casi amarillo. Ese paisaje de las mañanas que no quieren despertar y piden 5 minutos más; pedíamos 5 minutos más a gritos. Escuchando en la radio del coche canciones que nos hablaban de las calles y los nombres, empañando los cristales y yendo de vacaciones a un camping nada normal.
Publico esto sin revisar, me encanta lo que sale de mi cabeza cuando no pienso lo que escribo, cuando sólo lo siento.
No creo que nadie se pueda sentir como yo al leerlo, y eso hace que me gusta aún más 🙂