San Valentín: Qué no debéis hacer, muchachos
Nos adentramos ya en el mes de Febrero, en el que tiene lugar una de las fechas más temidas por los novios estándar: el día de San Valentín. En este día tienes dos opciones:
- Comprarte una bolsa de pipas y salir a la plaza de la ciudad para ver pasar a adolescentes (y no tan adolescentes) con sus mejores galas, algunos incluso con la americana de su padre, repeinados con litros de gomina y sosteniendo una única rosa asfixiada en espumillón del mismo color.
- Ponerte tus mejores galas (propias o prestadas), comprar una preciosa rosa roja, símbolo del amor que te une a tu pareja, y pasearla, envuelta en espumillón, hasta el encuentro de tu amada.
Si eres de estos últimos, pon más atención al resto del post, por favor.
Muchos decían que la Navidad es un invento de Coca Cola, que el Papá Noel original antes vestía de verde. Que la Semana Santa está puesta adrede para que llueva. He llegado incluso a oír que el Ratoncito Pérez no existe, cuando a mí me lleva dejando dinero debajo de la almohada desde el principio de los tiempos (único motivo que tengo para envidiar a los yonkis). Ponéis punto en eso, pero ¿y San Valentín? Eso se lo inventó El Corte Inglés (o algún otro centro comercial), ni tradición pagana, ni nórdica ni nada por el estilo. Pero si aun sabiéndolo, queréis celebrarlo, por “tener un detalle”, quiero daros unos consejos. Como se me da mejor destruir que construir, diré lo que (en mi opinión) no debéis hacer:
La caja de bombones “Caja Roja Apocalipsis Zombie”
Bueno, la premisa esencial de estos bombones es que tienen forma de corazón, así que son románticos. Cualquier cosa que tenga forma de corazón lo es, o sino mirad la mierda de pizza en forma de corazón que saca Telepizza en estas fechas… Pensar que regalar corazones es romántico, es de primero de novio.
Personalmente creo que no hay un regalo que exprese mejor lo poco que has pensado en tener un detalle con tu novia, encima gastándote más dinero. Kilos y kilos de chocolate que alimentarían a una familia durante un mes y harán coger un par de kilos a tu novia, tras lo cual podrás seguir demostrando que “la quieres aunque su mala leche por estar a dieta sea insoportable”. ¡Biba la hintelijencia!
Tarjetas “personalizadas” de San Valentín
Perfectas para que tu novia te mire con cara de “not sure if troll…” Son tarjetas muy prácticas, por dos motivos. Si las regalas, tu novia puede diagnosticar inmediatamente que tu edad mental es igual o inferior a 12 años. Si además no escribes nada especial, se puede saber con seguridad que has usado esa tarjeta con todas tus novias desde que tenías, en efecto, 12 años. Y si se la regalas, y le gusta, puedes despejar tus sospechas: efectivamente, finge los orgasmos. Todos.
La rosa amorosa y oso peluchón
Haciendo publicidad con la imagen, porque yo lo valgo. La rosa amorosa es más amorosa si va acompañada de espumillón, un inequívoco símbolo de amor. Si a los chinos no les ha dado tiempo a reponer las rosas desde la campaña navideña, se puede sustituir por un osito aferrando un corazón. Es buena idea, porque los doce ositos aferrando corazones que tu novia tiene guardados de otros años (y otros novios) en un oscuro baúl se sienten solos. La rosa es todavía más genial si la interpretas como un símbolo; algo que muere lentamente aunque pretendamos prolongar su agonía tomando medidas que sabemos inútiles (jarrones con agua con aspirinas, ponerla al sol, …) es una bella metáfora también, ¿de verdad es la metáfora que quieres para tu día de San Valentín? Piénsalo.
La cama rollo American Beauty de pueblo
Vale, no voy a mencionar de nuevo la metáfora de la rosa, esta vez despedazada por toda la habitación como si fueras el Charles Manson de la jardinería. ¿Jugamos a adivinar los nombres a los que corresponden esas iniciales? Para mí que son El Miki y La Yoli, o La Mari y El Yonatan. Si tus habilidades manuales se quedaron en la etapa de Educación Primaria es mejor que no te lances a hacer un collage con rosas. Si además las mezclas con miles de velas por todas partes, el riesgo evidente de incendio se une a la pereza de tener que recogerlo todo después.
La vídeo-declaración de amor amor
Porque como dijo el gran Joaquín Reyes, las cosas auténticas, de verdad, se repiten dos veces (véase “cazadora de piel piel”). Lo bueno de vídeos como el que os enlazo no es que podáis salir en la sombra de manera que nadie os reconozca, sino que podéis grabarlo en cualquier ocasión del año, o incluso tenerlo grabado por si se os olvida el día, y además cumplen la máxima de “si no hago el ridículo no quiero a mi novia” que como ya dije se explicará más detenidamente en un post no muy lejano.
Para finalizar, aclarar que no solo no recomiendo ninguna de estas prácticas, sino que las utilizaría en caso de que quisiera forzar una ruptura, así que si es lo que estáis buscando, adelante. Por cierto, combinar varias de estas ideas lamentables NO producirá algo mejor, sino peor. Si de verdad queréis sorprender a vuestra novia, decidle que pasáis del día de San Valentín y sorprendedla en cualquier otro momento, con algo que hayáis pensado y que sea especial y personal. También sería deseable que esas sorpresas no llegasen sólo una vez al año. Pero eso ya son cosas mías.
Lo que me he reido por dios! Lo mejor el «jugamos a adivinar los nombres de las iniciales?» Pesadillas con los ositos con corazones y los bombones 7 eso que no estoy a dieta!
Demasiadas tipiqueces juntas!!! Por favor, hay que alejarse de hombres así xD
A mí me viene con un oso con un corazón y se lo come con patatas, jajaja.
JAJAJAJA me ha encantado, especialmente lo de las tarjetas «Si además le gusta, despeja las dudas: Finge los orgasmos. TODOS.»
Enhorabuena, tenemos que hacer que los hombres lean esto, a ver si aprenden a que la rosa, el oso de peluche, y pétalos y velas.. para las pelis de amor de 1.30h bien, pero no para la vida real.
Toooda la razón Paula!! Unas pautas similares a estas deberían venir con el manual de novio jajaja