Y yo tan sola
Tengo pensamientos sucios, todo me recuerda a sudor, gemidos y caricias.
Necesito mimos profundos y húmedos que un hombre sólo/solo podría darme. Nada de titubeos y manos tímidas, nada de pasiones forzadas y gestos inexpresivos.
Ven, lléname con miradas mientras me empujas firme, mientras firmemente noto tus manos, mientras las mías se descontrolan y te arañan mis uñas rojas mal pintadas.
Haz que bailemos al ritmo de la música de los muelles de la cama, que bailen con nosotros las sábanas, que nos molesten las almohadas. No importa quien pueda oírnos. Todo lo que me dices al oído, dímelo y díselo; orgullosos nosotros de nuestro deseo y envidiosos ellos por no tenerlo.
Que se empañen los cristales, ya me encargo yo de dibujar corazones al acabar, pero al acabar. Deja el amor de Romeos y Julietas para después, ahora solo imagina y actúa, porque estoy en esos días en los que me apetece que seas un hombre al que no hay que guiar, no estoy para enseñar.
Hoy no quiero ser la profe. Hoy quiero ser la pizarra.